

Breve oda a los Emilios
Que de Emilios está llena mi vida,
eso es algo indiscutible.
Tuve un tío, y tengo un primo
por parte materna de la familia,
e incluso una prima que por nombre Emilia lleva,
cuya madre, mi madrina, de mi padre hermana,
el antropónimo de marras también lleva.
Emilín, Milín o Mili, diminutivos todos ellos
de ese Emilio del que algunos dicen
que de Aemilius —rival, modelo a imitar— del latín
deriva
y que es persona que en la labor se esfuerza;
aunque otros claman que es del griego Aimilios su
origen
y que «amable, adulador o astuto» significa.
Amelio, Amelia, Emilio o Emilia, qué más da,
si yo en esta breve oda de unos pocos he venido a hablar.
Primero los anónimos o más cercanos,
los de mi familia ya referidos,
a quienes más por su hipocorístico
me he dirigido en la vida,
y luego aquellos de más nombradía
que más tarde en el camino aparecieron.
Primero Emilio Esteller Berjón,
nonagenario que nació en Almería,
aunque fue en Madrid donde desarrolló su vida.
Me lo encontré por casualidad hace algunos años
en la cola para entrar a un recital
en el Palacio de Longoria,
ese edificio modernista en el barrio de Justicia.
Le di conversación porque lo vi leyendo un libro,
—¡un señor mayor, un anciano muy activo!—
y hete aquí que aquí seguimos:
por feisbuk nos enviamos algún mensaje semanalmente,
algún que otro guasap de vez en cuando,
otras veces una llamada telefónica
y alguna que otra quedada.
Don Emilio me invitó un día
a comer en El pimiento verde,
ese restaurante de la calle Princesa con Quintana.
Aprovecho aquí para agradecerle
no solo aquellas muy jugosas viandas,
sino todos estos años de amistad en la distancia.
Es melómano, viajero y muy coqueto.
Va tocado de esa sabiduría que te dan los años
de una vejez serena en la que no faltan
recomendaciones médicas ni prescripciones facultativas.
Y prosigo con otro Emilio de memoria prodigiosa,
—¡portentosa!—,
Emilio Pascual,
un sabio que ahora ronda los setentaisiete.
Nació en Tejares, provincia de Segovia.
Escritor, editor, narrador y poeta
—también de crítico literario ha ejercido—.
Fue de Anaya director general
de Publicaciones Infantiles y Juveniles,
y a él le debemos la fabulosa colección Tus libros,
entre los que cuentan El tesoro de Fermín Minar
y otras muchas obras maestras universales
—¡y qué nivel, Maribel!—.
Más tarde Emilio Pascual dirigió ediciones Cátedra.
¡Cuántos libros leídos y más de uno memorizado!
A su labor como escritor se deben
títulos míticos como Días de Reyes Magos,
El número de la Bella o El gabinete mágico.
Y sé que anda el señor Pascual
escribiendo una novela
cuyo título me guardo:
¡será mítica y maestra!
Y eso que no he mencionado
su labor de sonetista ingenioso y esmerado.
Y ya van dos que sin un tercero no han de estar.
Este Emilio es más joven,
que nació en 1959
en el barrio de Canillejas
—mira tú qué coincidencia que allí yo pasé mi infancia—
y, por tanto, frisa ahora
los sesentaiséis si es que ya no los ha cumplido.
Del plural de gavilán, su apellido.
Emilio Gavilanes es prudente.
Lee mucho y sabe mucho,
calla, observa y cuando habla
da lecciones magistrales.
Lexicógrafo y escritor,
aunque ejerció también oficios varios,
es maestro de la prosa mínima y del haiku.
Humilde, laborioso y minucioso.
De sus manos, entre otros, han salido
Breve enciclopedia de la infancia,
Historia secreta del mundo,
Bazar,
y La orilla del camino.
A estos cuatro ha de añadirse,
el 21 de mayo de 2025,
otro libro publicado
en Newcastle ediciones:
Anotaciones a lápiz.
Doy así por concluida
la oda breve a los Emilios,
a los anónimos o cercanos
—tío, primo, tía y prima—,
Emilio, Milín y Mili,
y a aquellos algo más reconocidos:
Esteller Berjón, Pascual y Gavilanes.
Michael Thallium
Breve oda a los Emilios
Cómo citar este artículo: THALLIUM,
MICHAEL. (2025). Breve oda a los Emilios. Numinis Revista de Filosofía, Época
I, Año 3, (CV118). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2025/06/breve-oda-los-emilios.html




Esta revista está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional
No hay comentarios:
Publicar un comentario