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La búsqueda hedonista: La felicidad como placer

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La búsqueda hedonista: La felicidad como placer

El hedonismo se define como una familia de teorías filosóficas que priorizan el placer. El término “hedonismo,” de la palabra griega ἡδονή (hēdonē) para placer, se refiere a varias teorías relacionadas sobre lo que es bueno para nosotros, cómo debemos comportarnos y qué nos motiva a comportarnos de la manera en que lo hacemos. Dentro del hedonismo, se distinguen varias categorías. El hedonismo psicológico postula que la motivación subyacente de todo comportamiento humano es maximizar el placer y evitar el dolor. Esta forma de egoísmo sugiere que incluso las acciones altruistas podrían estar motivadas por la expectativa de un beneficio personal. Si todas las conductas humanas buscan aumentar el placer, entonces los actos aparentemente desinteresados deben proporcionar algún tipo de gratificación al individuo, ya sea directa (satisfacción) o indirecta (aprobación social, evitación de la culpa).

El hedonismo axiológico sostiene que el placer es la única fuente de valor intrínseco. Como teoría del valor, el hedonismo establece que todo y solo el placer es intrínsecamente valioso y todo y solo el dolor no es intrínsecamente valioso. Esta visión establece una única fuente de valor, el placer, lo que simplifica las consideraciones éticas, aunque enfrenta objeciones de quienes creen que otros elementos, como el conocimiento o la virtud, también poseen valor intrínseco. Si solo el placer es intrínsecamente valioso, entonces cualquier otra cosa que apreciemos (dinero, saber) solo tiene valor en la medida en que produzca placer o reduzca el dolor. Esto plantea la cuestión de si esta visión reduccionista abarca adecuadamente la complejidad de los valores humanos.

El hedonismo ético aplica el hedonismo axiológico a la moralidad, argumentando que las personas tienen la obligación moral de buscar el placer y evitar el dolor. El hedonismo ético puede manifestarse de forma egoísta, donde cada individuo persigue su propio placer, o utilitarista, donde el objetivo es aumentar la felicidad general para todos. Esta distinción resalta la tensión entre la realización individual y el bienestar colectivo dentro de los marcos hedonistas. Si la moralidad se basa en maximizar el placer, surge la interrogante de si el enfoque debe centrarse en el propio placer o en el de la mayoría. Esto conlleva diferentes prescripciones éticas y consideraciones sobre la justicia y la equidad.

Además, se diferencia entre el hedonismo cuantitativo, que solo considera la intensidad y la duración de los placeres, y el hedonismo cualitativo, que sostiene que el valor de los placeres también depende de su calidad. El paso del hedonismo cuantitativo (intensidad y duración del placer) al cualitativo (la calidad del placer también importa), especialmente con Mill, representa un intento de abordar las críticas que equiparan todas las formas de placer (intelectual versus sensual). Los críticos argumentaron que un enfoque puramente cuantitativo del placer podría llevar a valorar los placeres básicos tanto como los intelectuales si su intensidad y duración fueran iguales. La introducción de la calidad por parte de Mill buscaba establecer la superioridad inherente de ciertos tipos de placer.

Finalmente, el hedonismo motivacional es la perspectiva de que todas las acciones humanas tienen como objetivo aumentar el placer y evitar el dolor. El hedonismo motivacional, a menudo considerado una forma de egoísmo, sugiere que incluso ayudar a otros está en última instancia motivado por la anticipación de un beneficio personal. Esta perspectiva desafía las nociones tradicionales de altruismo y plantea preguntas sobre los impulsores subyacentes del comportamiento humano. Si cada acción está impulsada por el deseo de placer o la evitación del dolor, entonces los actos aparentemente desinteresados deben explicarse en términos del placer que se deriva de ellos, como la satisfacción de ayudar a otros o la evitación de la culpa.

Las raíces históricas del hedonismo se remontan a la antigua Grecia, con los cirenaicos y los epicúreos como sus primeros defensores. El epicureísmo, aunque es una forma de hedonismo, se distingue de la comprensión popular del hedonismo como mera indulgencia, abogando por la moderación y la búsqueda de la tranquilidad mental. Epicuro tenía una visión matizada del placer, entendiéndolo como la ausencia de dolor (ataraxia) y defendiendo una vida sencilla y los placeres intelectuales sobre la indulgencia sensorial. Para Epicuro, el mayor placer provenía de la ausencia de dolor y perturbación, lo cual se podía lograr a través de una vida simple, actividades intelectuales y amistades sólidas, en lugar de la búsqueda excesiva de placeres sensoriales fugaces. El hedonismo resurgió en la era moderna con el utilitarismo. Jeremy Bentham, en su utilitarismo, postuló que el objetivo de la moralidad es aumentar la felicidad general (placer) para el mayor número de personas. Bentham adoptó un enfoque cuantitativo del placer, centrándose en su intensidad y duración. John Stuart Mill, criticando a Bentham, argumentó la existencia de placeres superiores (intelectuales) e inferiores (sensuales), siendo los placeres superiores cualitativamente mejores. La introducción de diferencias cualitativas en el placer por parte de Mill intenta elevar los placeres intelectuales y morales como más valiosos que los puramente físicos, alineando el hedonismo con una visión más amplia del florecimiento humano. Mill creía que una vida satisfecha solo con placeres básicos no era una vida verdaderamente humana, afirmando que "es mejor ser un ser humano insatisfecho que un cerdo satisfecho; mejor ser Sócrates insatisfecho que un tonto satisfecho" (Mill, 1861, p. 14).

A pesar de su atractivo, el hedonismo enfrenta varias críticas. Una de ellas es la paradoja del hedonismo, que sugiere que la búsqueda directa del placer puede ser contraproducente. La paradoja implica que centrarse únicamente en el placer podría impedir que uno se involucre en actividades que realmente producen felicidad a largo plazo, lo que propone la necesidad de un enfoque más indirecto. Al monitorear y tratar constantemente de maximizar el placer, los individuos podrían volverse demasiado autoconscientes y no lograr sumergirse por completo en experiencias que podrían ser genuinamente placenteras. Otra crítica influyente es el experimento mental de la máquina de experiencias de Nozick, que desafía el hedonismo al recomendar que las personas valoran más que solo experiencias placenteras (por ejemplo, la realidad, la autonomía) (Nozick, 1974). La renuencia generalizada a entrar en la máquina de experiencias indica que factores más allá del placer subjetivo, como la autenticidad y la experiencia genuina, son importantes para el bienestar (Nozick, 1974). Nozick argumentó que, si el placer fuera el único bien intrínseco, todos elegirían fácilmente una vida de placer simulado. El hecho de que muchos no lo harían sugiere que también valoramos hacer cosas realmente y ser cierto tipo de persona (Nozick, 1974). Finalmente, se critica que ciertos placeres, como los placeres sádicos, parecen carecer de valor moral, lo que propone que no todos los placeres contribuyen al bienestar o la felicidad de manera positiva. La existencia de placeres considerados moralmente reprensibles desafía la afirmación hedonista de que todo placer es intrínsecamente bueno. Esto exige una comprensión más matizada de la relación entre el placer y el valor. Los críticos argumentan que la calidad y las implicaciones morales de los placeres deben considerarse, no solo su intensidad y duración. Algunos placeres podrían ser dañinos o poco éticos, lo que socavaría la idea de que todo placer es inherentemente bueno.

Vladimir Sosa Sánchez

La búsqueda hedonista: la felicidad como placer

Referencias

Mill, J. S. (1861). El utilitarismo. Createspace Independent Publishing Platform

Nozick, R. (1974). Anarchy, state, and utopia. Basic Books.

Thomas, A. (2011). The problem of eudaimonia and virtue. ARETÉ, 1(1), 37–49.

 

Como citar este artículo: SOSA SANCHEZ, VLADIMIR. (2025). La búsqueda hedonista: la felicidad como placer. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 3, (CD01). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2025/5/la-busqueda-hedonista-la-felicidad-como-placer.html

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