La belleza de la poesía
La poesía ha coexistido con las personas desde los albores de la humanidad. Se manifestaba no solo a través de la palabra o la escritura, sino que el hecho de realizar representaciones gráficas, ya era una forma de expresar poéticamente lo que se pensaba o se realizaba de manera cotidiana. Solo a través de la invención de la escritura es que se da comienzo a la expresión escrita de la poesía, una forma sublime de exteriorizar todo aquello que nuestro interior quiere manifestar. No por casualidad se menciona que la poesía es la manifestación de la belleza a través de la palabra. Pero no solo la belleza, sino que es la expresión de la misma, la cual se encarna a través de los escritos de quien empujado por la inspiración, se atreve a escribir.
Incluso en el Cantar de los
Cantares, podemos encontrar esa expresión poética que Dios ha querido
transmitir a las personas mediante la escritura; es decir, la expresión poética
no solo se limita al ámbito humano, sino que Dios mismo ha querido inspirar su
misma belleza de forma metafórica entre el novio y novia. De quien sale al
encuentro de su amada por los parajes inhóspitos de la existencia, y también la
amada no se queda solitaria en su aposento, sino que su alma entera sale en
busca del amado. Ambos se encuentran, se separan y se vuelven a encontrar. El
amado recorre el alma de la amada hasta hallarse en su corazón. Ya no son dos
personas, sino que ambos son envueltos en la unidad, así como Dios se une a la
Iglesia.
En este caso, Dios es el amado
y la Iglesia es su amada, ya no solo es un canto poético, sino que se
concretiza en una historia de amor, donde Dios se entrega plenamente a la
Iglesia, porque no hay amor más sublime que la propia entrega; Una entrega que se
manifiesta desde los sacramentos y tiene su plenitud a través de la Eucaristía.
Como hemos podido observar, la poesía ha estado presente desde siempre y Dios
ha sido un poeta por antonomasia, inspiró a Adán cuando este dijo a Eva que,
ella era hueso de sus huesos y carne de su carne. En esta frase se muestra la
unicidad que el hombre tiene frente a la mujer, tanto así que la identifica
como parte de su propio ser, incluso como parte de su propia vida. Por ello, la
belleza de la poesía es parte de la naturaleza humana, todo nuestro ser es
poesía. Solo que algunas personas lo van descubriendo en el transitar de la
vida, mientras que, en otros se queda dormido.
Todos somos potencialmente poetas. En ese
sentido, es necesario inculcar a las nuevas generaciones este amor por la
poesía y no solo el amor, sino la vivencia. Porque solo la belleza podrá salvar
al mundo; belleza que se puede construir a través de las palabras, belleza que
se puede expresar desde la vida misma de quien vive desde la poesía. No por
casualidad, Dios ha querido dotar a los seres humanos de la más pura
inspiración a través de acontecimientos y que se ha volcado en escribir poesía,
y/o declamarla.
Vladimir Sosa
Sánchez
La belleza de la poesía
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