Monarquía parlamentaria
Reino Unido, Suecia, Noruega, Dinamarca, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Mónaco, Liechtenstein, España… Todos estos países tienen algo en común: son europeos y monarquías parlamentarias. Diez, para ser exactos. Por si alguien se ha despistado, esa es la forma política de España. Así se establece en el título preliminar de la Constitución española. La monarquía parlamentaria nos llegó de Inglaterra. Allí se fue gestando poco a poco desde la Edad Media hasta que se consolidó en el siglo XVII después de la Revolución Gloriosa de 1688. Pero no solo hay monarquías parlamentarias en Europa; Japón también lo es. Y para los curiosos, entre los diez países más prósperos del mundo hay siete monarquías parlamentarias y tres repúblicas.
España ha sido república
efímeramente en dos periodos, uno en el siglo XIX —visto y no visto— y otro en
el siglo XX con resultado nefasto: la segunda guerra civil en tiempos modernos.
Sí, la segunda, porque parece que sólo ha habido una Guerra Civil en España, la
de 1936 a 1939. No, las hubo también en el siglo XIX, pero los historiadores
del XX las disfrazaron con un nombre pintoresco: guerras carlistas. Quien tenga
curiosidad, que lea Recuerdos de mi vida, de Santiago Ramón y
Cajal. Lo narra muy bien, y más de una persona se sorprendería. Fue soldado en
la guerra civil, en la del XIX, hacia 1874. Ramón y Cajal murió en Madrid, en
1934, sin que aún hubiera sido sofocado el levantamiento de octubre de 1934
contra la República. Otro nombre pintoresco que oculta un golpe de estado en
toda regla legitimado por los socialistas y la UGT de aquellos días: Revolución
de Asturias. Dos años más tarde, llegó otro golpe de estado, en 1936, del que
la mayoría de españoles conocen las consecuencias: una guerra civil y cuarenta
años de dictadura.
En octubre de 1936 hubo
una mujer, como tantas otras, que tuvo que salir de España. Nada de
particular si no fuera porque el nombre de esa mujer ha estado en boca de
muchas personas, —especialmente de mujeres feministas— en los últimos diez
años: Carmen Eulalia Campoamor Rodríguez. Posiblemente a muchos este nombre no
les diga demasiado, pero sí el nombre con el que se la conoció: Clara
Campoamor. Una mujer visionaria y preclara a la que, sin duda, le debemos la
aprobación del voto femenino durante la Segunda República. Si alguien tiene
interés, que lea El voto femenino y yo: mi pecado mortal. Lo publicó la editorial Renacimiento en 2018. Sin embargo, no es ese el libro que todos
deberíamos leer, sino otro que escribió allá por noviembre de 1936, ya fuera de
la España en guerra. Un libro preterido durante muchísimos años y que salió a
la luz en 2005 gracias a Luis Español Bouché: La revolución española
vista por una republicana. Afirmar en esos días lo que afirmaba y de un
modo tan claro merece reconocimiento y una lectura detenida:
Si el
porvenir trae la victoria triunfal de los ejércitos gubernamentales, ese triunfo
no llevará a un régimen democrático, ya que los republicanos ya no cuentan en
el grupo gubernamental. El triunfo de los gubernamentales sería el de las
masas proletarias, y al estar divididas esas masas, nuevas luchas decidirán si
la hegemonía será para los socialistas, los comunistas o los
anarcosindicalistas. Pero el resultado sólo puede significar la dictadura del
proletariado, más o menos temporal, en detrimento de la República democrática.
Si, como ya hemos indicado, las causas de la debilidad de
los gubernamentales llevan a la victoria de los nacionalistas, éstos habrán de
empezar por instaurar un régimen que detenga los enfrentamientos internos y
restablezca el orden. Ese régimen, lo suficientemente fuerte como para
imponerse a todos, sólo puede ser una dictadura militar.
Pero si la dictadura militar, como lo vimos durante el periodo de 1923 a 1930, es una forma de gobierno fácil de imponer, es muy difícil salir de ella. Se dirá que otros países viven desde hace años bajo una dictadura militar y les va muy bien. Sin embargo no conviene olvidar que España ya ha sufrido ese régimen... Fueron esos siete años de dictadura los que separaron de la monarquía al pueblo y los que trajeron la República. En consecuencia, el experimento ha fracasado.
Eso lo escribió Clara a
finales de 1936. ¡Y lo clavó! El resto es historia.
Decíamos al principio que entre los diez países más prósperos del mundo hay siete monarquías parlamentarias. Si uno muriese hoy en España, aunque no esté entre esos diez países, podría decir que ha muerto en una monarquía parlamentaria que trajo la paz a sus días… a pesar de los partidos políticos y de tanto demócrata ignorante.
Michael Thallium
Monarquía parlamentaria
Cómo citar este artículo: THALLIUM, MICHAEL. (2023). Monarquía parlamentaria. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CV19). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/07/Monarqua-parlamentaria.html
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