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Genealogía de una columna — María Sancho de Pedro

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Genealogía de una columna

Es curioso que el formato en el que escribo semanalmente se denomine columna. En el uso tradicional, este término refiere a aquella estructura que sirve de sostén. En el caso de estas reflexiones, el verdadero pilar es aquel que no se ve directamente: el conjunto de lecturas, preguntas, conversaciones, apuntes, clases, conferencias, divagaciones, etc. Aunque no puedo hablar por otros columnistas, mi propia experiencia me autoriza a decir que ser obrera de estas meditaciones es un trabajo diario, constante, continuo. Este rincón digital se traduce en una exhalación de elegir—a veces conscientemente y a veces no— ejecutar una vida activa y contemplativa. 

Este desahogo semanal nace del padecimiento y no tanto del conocimiento. Creo que es imposible producir —sea artística, ociosa o académicamente— sin partir desde la subjetividad corporal que somos: un puñado de kilos, de experiencias, de tecnologías, de contextos y de historia. Todo queda dentro de las borrosas fronteras de la auto ficción y no ficción. Se trata siempre de un «saber de experiencia», un «saber trágico» —o no— (Zambrano, 2011), que bajo el amparo de esa acción de publicar que tiene lugar todos los lunes,  se transmite y se comparte: publicitar opiniones las devuelve al flujo social desde las que estas necesariamente  parten.

Que haya un destinatario cambia las reglas del juego: la claridad de estilo y la forma en la que se traen a escena las fuentes y los autores seleccionados no es baladí. Nótese que muchos autores en sus introducciones, prólogos y prefacios suelen comentar acerca de estas cuestiones. Por ejemplo, Butler (2007: pp. 21-22) en su prefacio de 1999 realiza una merecida justificación acerca del estilo de su obra aludiendo a que no debemos subestimar a los lectores a la hora de enfrentarse a textos complicados. Pero tampoco debemos dejar de señalar que existe un trasfondo y una intencionalidad ético-política cuando una se esmera en ejecutar su redacción para que sea accesible. Desde otra preocupación, Berger y Luckmann (1966: p. 29) en La construcción social de la realidad se justifican en la forma de introducir a ciertos autores alegando que «la gratitud histórica no es en sí una virtud científica». En esta línea, no está de menos mencionar los esfuerzos de Rorty (1990) por esclarecer qué metodología es más adecuada a la hora de establecer diálogos con los autores. 

Para mí, es mucho más fácil dialogar con ellos y conmigo mientras camino. Como hay filósofos para todo, ya Gross (2014) ha dedicado dignamente una obra a las virtudes que puede conllevar un paseo. Yo tengo la fortuna de que mis andanzas pueden darse en espacios verdes, en entornos rurales y en disimulados claros y caminos de bosque. Como la vida es «fuente permanente de momentos de atención estética» (Schaeffer, 2000: p. 32), y especialmente si no está siendo distraída por desenfrenado ruido y contaminación furiosa, los paseos se tornan en colecta y en cultivo que me despiertan creativa y cognitivamente. 

Como se ha podido apreciar, la génesis de aquello que leen no comienza frente a un teclado (¡eso nunca!). Construir una columna requiere de seleccionar sabiamente los materiales cedidos por la vida, así como de priorizar un clima en el que una pueda sumergirse en el flujo del pensamiento. En otros momentos de la vida, yo misma no habría sido capaz de sostener la concavidad necesaria para que la columna se lance curva todas las semanas. Como ya llevamos unas cuantas, pienso que aquella persona que me lea por costumbre, por cariño o por interés, merece saber cuál es el trasfondo genealógico de las mismas. Espero que con esta pequeña reflexión haya quedado un poco más claro. 

 

María Sancho de Pedro,

La genealogía de una columna

 

Bibliografía

-      BERGER, P. & LUCKMANN, T. (1966). The social construction of reality. A treatise in the Sociology of knowledge, Penguin Books, p. 29.

-      BUTLER, J. (2007). El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad. Paidós Studio 168, pp. 21-24.

-       GROSS, F. (2014). Andar, una filosofía, Taurus,  pp. 55-65. 

-      RORTY, R., SCHNEEDWIND, J.B. & SKINNER, Q. (1990). “La historiografía de la filosofía: cuatro géneros”, en La filosofía en la historia. Ensayos de historiografía de la filosofía, Paidós, pp. 69-98. 

-       SCHAEFFER, J.M. (2000). Adiós a la estética, La bolsa de la Medusa, p. 32.

-       ZAMBRANO, M. (2011). Caminos del bosque. Cátedra, pp. 30-31, 123.

 

Cómo citar este artículo: SANCHO DE PEDRO, MARÍA. (2023). La genealogía de una columna. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CL30). ISSN ed. electrónica: ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/04/la-genealogia-de-una-columna-maria.html

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7 comentarios:

  1. ¡Es una metacolumna!

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  2. "Creo que es imposible producir —sea artística, ociosa o académicamente— sin partir desde la subjetividad corporal que somos: un puñado de kilos, de experiencias, de tecnologías, de contextos y de historia". ¡Gran frase y gran columna!

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  3. Excelente, una vez más.

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  4. Una columna estilísticamente madura, dulce y ligera como el jugo de la mandarina, además de engarzada de citas interesantes.
    Qué gusto ha sido leerla.

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    Respuestas
    1. María Sancho de Pedro25 de abril de 2023, 13:16

      Me gusta eso de la mandarina!

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