Latest courses

Educar e Inteligencia Artificial - Valentín González Pérez

Print Friendly and PDF

Educar e Inteligencia Artificial

Hace mucho que las aplicaciones tecnológicas han tomado la educación y, ciertamente, han ayudado a mejorarla muchísimo. Es raro ver aulas que no dispongan de proyector y pizarra electrónica, las tablets están a la orden del día, la gamificación es parte de las programaciones docentes, los móviles tienen uso educativas para realizar actividades en clase, hay aplicaciones que, con sacar una foto a un problema de matemáticas, resuelven las ecuaciones más difíciles y se pueden poner muchos más ejemplos. Sin embargo, ha aparecido un elemento revolucionario llamado ChatGPT que, usando la Inteligencia Artificial, parece que acabará con las horas de trabajo del alumnado, pues ayudará a realizar las actividades de todo aquel que requiera su ayuda. Digamos que esta aplicación es un Siri venido a más y seguro que tendrá una variedad de ventajas no solo para la educación.

Creo que por mucha inmersión tecnológica que pueda existir en el mundo educativo siempre se necesitará de lo humano para educar. El proceso de enseñanza-aprendizaje se vuelve frío cuando el emisor o el receptor no es otro tú. Ahora mismo se puede estar encantado con las posibilidades que esto pueda dar, el posthumanismo tecnológico es cautivador y esperanzador a la vez, pero hay que examinarlo todo y quedarnos con lo bueno. 

A raíz de lo mencionado anteriormente he vuelto a la lectura de un libro del filósofo Fernando Savater, publicado en 1997 y que se titula El valor de educar. En los primeros capítulos se trata la complejidad que el término humano tiene para la pedagogía, pues, a diferencia de otros seres vivos, el ser humano es un ser que necesita de los otros de su especie para afirmarse como tal. No nace, echa andar y está completamente formado, pues dependemos de los demás para sobrevivir, para relacionarlos, para «hacernos humanos» y para dar todo de nosotros mismos. Compara al bebé con un chimpancé, el cual cuando nace ya tiene habilidades que el bebé no posee todavía, pero el chimpancé llegará un momento en que no aprenda más. No obstante, este «mono desnudo», que es el bebé, desde que nace comienza a aprender y seguirá aprendiendo hasta que muera: es lo propio del ser humano.

En el proceso educativo que vive el educando, se fijará en modelos a imitar para poder desarrollarse. Nace en una sociedad concreta de la que tiene que aprender, asumir unas normas de convivencia, un saber ser y estar. La norma básica para que un educador sea considerado como tal es que cumpla un requisito fundamental: haber experimentado eso que transmite o enseña; ¿es posible esto en una aplicación de IA? La enseñanza no es solamente el aprender información almacenada en libros, sino que la misma se transmite también mediante la cultura y el contacto persona a persona. Este hecho ocurre en varios niveles, siendo la familia el núcleo original y originante de la sociedad en la que nace inserto y en la que después, mediante su reflexión y actividad, se insertará de una forma consciente.

La genética ayuda al ser humano a ser tal de una manera biológica, pero hace falta la educación para que lo que heredamos por biología se complete por lo que heredamos por el aprendizaje social. Todas las personas son, de una forma u otra, maestros y pedagogos de aquellos con quienes viven, ya que, como seres anclados en la vivencia del tiempo, han vivido y experimentado aspectos a transmitir.

Ahonda también el autor en la importancia de la familia, más si cabe, ya que constituye la parte de socialización primaria del educando, siendo en ella donde tiene que aprender a vivir en civilización, para que luego, en la socialización secundaria, es decir, en la escuela, quienes se encargan de educar no pierdan tiempo poniendo unas bases que tenían que estar puestas por la familia. Da una clave importante para todo el entramado de la socialización: potenciar la afectividad. Una persona que se sabe querida aprenderá de manera satisfactoria y crecerá en todo los sentidos. 

Pienso que lo mencionado más arriba sobre la experiencia, el trato del tú a tú, la afectividad y el calor humano son retos para la IA, pero esto no es algo negativo sino constitutivo de cada elemento y es por esta razón que pienso que no hay que denostarla sino integrarla. Es una realidad que avanza imparable con la que tenemos que dialogar e integrar, quedando siempre al servicio de la humanidad. ¿Nos atacarán los robots como en las películas? Quien sabe, pero lo que es cierto es que tenemos tan integrada la tecnología que cuando se está acabando la batería del móvil no decimos «se está agotando la batería del móvil» sino «me estoy quedando sin batería», tal y como explica Neil Harbisson en muchas de sus intervenciones a favor del ciborgismo. 

 

Valentín González Pérez

Educar e Inteligencia Artificial

 

Cómo citar este artículo: GONZÁLEZ PÉREZ, VALENTÍN. (2023). Educar e Inteligencia Artificial. Numinis Revista de Filosofía, Año 1, 2023, (CS20). https://www.numinisrevista.com/2023/02/educar-e-inteligencia-artificial.html

ISSN ed. electrónica: 2952-4105

Licencia de Creative Commons
Esta revista está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional

1 comentario: