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Economía para todos... si es que nos atrevemos a saber

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Economía para todos… 
si es que nos atrevemos a saber


El título de esta columna está inspirado en un artículo que Luis María Linde escribió hace más de once años, concretamente el 9 de mayo de 2012, un mes antes de que lo nombraran gobernador del Banco de España. Linde fue mucho más descriptivo en su título: Economía para todos, incluso intelectuales y políticos. Recordemos que en aquellos años estábamos inmersos en una crisis económica, que había comenzado en 2008, sobre la que todo el mundo opinaba —¿quién se acuerda de los famosos «brotes verdes» de Rodríguez Zapatero?— en tertulias televisivas y radiofónicas. La inmensa mayoría de opinadores —incluso intelectuales y políticos— no tenían ni pajolera idea de economía. Lamentable, pero cierto. Y aún hoy sigue siéndolo. Sobre todo cuando la opinión económica está revestida de ideología política.

Hace pocos días, uno tuvo la suerte de conversar sobre economía con Luis María Linde, un hombre que ha estado más de cuarenta años al servicio de la administración pública y del Banco de España y que también participó y contribuyó a la Transición democrática en España, un  periodo histórico que muchos hoy intentan denostar con el mismo desconocimiento que, seguramente, tienen de economía. Hablamos del artículo de marras que, por cierto, puede encontrarse en Revista de Libros. Uno le leyó el siguiente párrafo: 

Considerar irrelevante o asumir de forma displicente o desafiante la propia ignorancia económica ha sido, a lo largo del siglo XX, y lo sigue siendo, la actitud de muchos políticos e intelectuales que opinan sobre los males de la sociedad (casi siempre, la capitalista) y sus remedios. Esta actitud no sólo no se ha corregido con el descrédito del marxismo, sino que se ha acentuado, como si se dijera: si el catecismo marxista –que tenía una teoría económica detrás, aunque fuera fallida- no es válido para entender y guiar la evolución social e histórica, entonces, nada puede serlo. Sería muy larga, casi interminable, la lista de escritores, científicos, políticos de todos los partidos, filósofos, jerarquías de todas las Iglesias, famosos periodistas y artistas de todas las disciplinas que han sido analfabetos económicos, ignorantes de que lo eran o a los que su analfabetismo, aun reconocido, no ha causado preocupación, ni ha sido obstáculo para que emitiesen opiniones tajantes sobre las más enrevesadas cuestiones económicas.

Cuando uno le preguntó a Luis si tenía que decir algo al respecto de su texto, respondió rápidamente y sin dudarlo, que no cambiaría ni una sola coma de lo que había escrito once años antes. En ese artículo, Luis recomendaba dos libros para quienes quisieran adentrarse en el mundo de la economía: En defensa del capitalismo. Diálogos filosóficos sobre el Mercado y el Estado, de José Luis Feito y La economía explicada a Zapatero y a sus sucesores en dos tardes, de Pedro Schwartz. El asunto es que parece que nos echa para atrás eso de atrevernos a saber de economía… Ya lo decía el escritor Josep Pla: «Hay que ponerse a estudiar economía… No entendemos nada de lo que está más allá de nuestras narices».

Más allá de nuestras narices o no, por alguna razón, la mayoría de personas nos resistimos a intentar saber un poco más de economía. Nos dedicamos a repetir consignas en función de la ideología política de cada cual. Sin embargo, no hay leyes económicas «conservadoras» ni leyes económicas «progresistas» —lo decía Pedro Schwartz en su libro—, sino que son independientes de la ideología, aunque cada régimen económico tenga sus consecuencias. La Economía no es, por supuesto, una ciencia exacta, pero al menos ayuda a comprender algo más lo que ocurre en el mundo.

Sin embargo, uno no cree que «la masa democrática» —o sea, la gente— y sus representantes parlamentarios —es decir, los políticos— estén muy por la labor de atreverse a saber. Hoy, viernes 29 de septiembre de 2023, es un claro ejemplo de ello en España. Preocupa más —entiéndase, da más votos de investidura— si se habla catalán, eusquera o gallego en el Congreso de los Diputados y en las instituciones de la Unión Europea o si se amnistía a quienes cometieron delitos que si el litro de aceite o de gasolina está a tal o cual precio o si una persona puede llegar a fin de mes con holgura...¡Sigamos ignorantes, sigamos! Y eso que el actual presidente en funciones es todo un doctor en economía —al menos el título lo tiene, parece ser. Uno, obviamente, se refiere a Pedro Sánchez. Quizás no le interese que los demás sepamos más de economía. Claro, pensará: «¿¡Que todos sepan más de economía!? Que ni se atrevan, que entonces se me acaba el chollo». No, el chollo no se le acabará, porque este presidente tiene la especial cualidad suberosa del corcho: la de mantenerse siempre a flote, que para eso es resistente y puede cambiar de opinión cuando le plazca sin que le puedan tildar de mentiroso.

Si algo sacó uno en claro de la conversación con Luis María Linde es que un economista ha de regirse por leyes económicas al margen de modas e ideologías políticas. Sólo entonces, quizás, la economía sí sea para todos.


Michael Thallium

Economía para todos... si es que nos atrevemos a saber


Cómo citar este artículo: THALLIUM, MICHAEL. (2023). Economía para todos... si es que nos atrevemos a saber. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CV28). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/09/economia-para-todos-si-es-que-nos.html

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