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La taxo(nomía) religiosa de los grupos conspirativos en una sociedad a(nómica) (Parte 3/4)

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La taxo(nomía) religiosa de los grupos conspirativos en una sociedad a(nómica) 

(Parte 3/4)

 

(Imagen compartida en el grupo de Telegram)

Antes que nada, quisiera disculparme porque hice referencia a esta columna con el término ‘iconografía’, cuando quisiera hablar de formas de taxonomía de la realidad social. La confusión nace del uso de determinadas representaciones simbólicas de distintos sectores de la población, aunque no en todos los casos esa representación deriva en una imagen explícita. Estas representaciones no son en absoluto poco relevantes, ya que nos permiten entender el pensamiento de los usuarios del grupo de estudio y su doctrina moral con aquellos que permanecen ajenos a su comunidad.

Empecemos por ahí, quienes se encuentran en su comunidad son llamados los ‘despiertos’, los ‘conscientes’ o incluso los ‘guerreros’. Sin embargo, incluso dentro de los llamados ‘conscientes’ se establecen marcadas jerarquías según la implicación con el grupo.

 

 

El término ‘despierto’ hace referencia a aquel que no vive una situación irreal, es decir, que no permanece aletargado en un sueño como el que vive el resto de la población. De hecho, se habla a menudo de un ‘Gran Despertar’, que refiere a una suerte de evento histórico que haga que la mayor parte de la población se alinee con sus creencias de forma abrupta.


 

El resto de la sociedad no está necesariamente dormida, sino que encontramos, al menos, cuatro figuras distintas: el dormido, el borrego, el pastor y el diablo. Vayamos uno por uno. El ‘dormido’ refiere a la mayoría de la población: aquel que consideran bueno pero ingenuo, es decir, que, de conocer sus preceptos, estaría de acuerdo con sus teorías. Resuenan las palabras de Lucas, 23, 'perdónalos señor, no saben lo que hacen'. Precisamente, por constituir los ‘dormidos’ el grueso de la población, en el grupo desarrollan ampliamente una actividad pedagógica y casi salvífica dirigida a ellos. En otros mensajes muestran una posición muy agresiva y proceden a insultarles violentamente por no hacer el esfuerzo de conocer la ‘verdad’. El usuario H., con una imagen de cristo en su foto de perfil, dirá:

 

 

Sin duda, encontramos aquí marcados paralelismos con el pensamiento católico, como cuando san Pedro Canisio, al ver los conflictos internos de la Iglesia, decía “Pedro duerme. Judas está despierto” o la conocida cita del Papa Pío XI, ‘el problema mayor de nuestro tiempo no son las fuerzas negativas, es la somnolencia de los buenos’. Retornamos con esta idea a que la única fuente de mal en el mundo es aquella élite diabólica, mientras que el ‘pueblo’ es bueno, pero permanece somnoliento y sólo el despertar de los buenos llevaría inevitablemente a una sociedad perfecta.

Sin embargo, hay una parte del ‘pueblo’ que no por buena deja de ser indeseable, a esta parte del pueblo la llaman ‘borregos’ y hace referencia a todos aquellos que no se movilizan por ninguna cuestión y no son, por ello, potencialmente miembros del grupo. De conocer los preceptos del grupo, quizás se alinearían, pero no buscarían participar en ningún cambio social. Es importante añadir que tanto el ‘dormido’ como el ‘borrego’ forman parte del llamado ‘pueblo’, el mismo al que pertenecen los ‘despiertos’ y que les distingue de las élites.

 


Si entramos en el ámbito de la élite, encontramos dos figuras. Por un lado, está el pastor, aquella persona que reproduce la agenda siendo consciente de su plan diabólico; en este caso, estarían los gobiernos y algunos grupos de empresarios. Esta figura se relaciona inevitablemente con el borrego, puesto que es quien señala las órdenes que debe cumplir el segundo. Así, sólo hay dos grupos con agencia política, los del mismo grupo de Telegram y la élite, representando las opciones del bien y del mal respectivamente; el resto de la población bien está dormida, bien ni siquiera es humana (borrego).

 



La pareja pastor-borrego o pastor-oveja tiene una correlación directa con la realidad católica. De la misma forma, refiere a la autoridad que da ciertos preceptos a las ‘ovejas’ para que no descarrilen, es decir, para que mantengan ciertas creencias y actitudes. En la Biblia, hay una enorme variedad de referencias a esta pareja; desde el capítulo X de San Juan, cuando Jesús afirma ‘yo soy el buen pastor. Conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí. Ellas me siguen y yo les doy vida eterna’ o la tan repetida frase en distintas misas, asociada al Salmo 22: ‘El Señor es mi Pastor, nada me falta’. De nuevo, se produce esa trasposición del bien al mal que mencionábamos en la primera columna; el pastor católico es el Buen Pastor mientras que el pastor que señalan las teorías conspirativas es un pastor diabólico. Sin embargo, la estructura es análoga. En la próxima columna veremos que una de las disrupciones de esta analogía está en la figura de la mujer, que es igualmente denostada en ambos grupos; ejemplo de ello es el uso del término ‘bruja’ para aquellos ‘pastores’ que son mujeres.

 


Por último, encontramos la figura del ‘diablo’, que es aquella figura situada en lo alto de esta pirámide que estamos trazando. Como vimos, el diablo es una suerte de cajón de sastre al que se vinculan todos los ‘problemas’ del mundo que vivimos. Su mandato sobre el pastor y su figura amorfa nos recuerda inevitablemente al Dios cristiano, cuya imagen varía según la interpretación de los textos en una pluralidad de corrientes.

 


Para poner un ejemplo del uso de la imagen de Dios, resulta especialmente interesante esta imagen compartida en el grupo, donde se relaciona al mismo diablo como macho cabrío -imagen que proviene del culto arcadiano y se asoció posteriormente a Satanás- con uno de los ‘males’ de la sociedad actual para este grupo: la cuestión trans.

(Imagen compartida en el grupo de Telegram)

Con esta imagen cerramos la columna de hoy. La próxima columna se publicará la semana que viene y versará sobre la cuestión de género en el grupo y, especialmente, la figura de la mujer. 


¡Gracias por la lectura!

 

Manuel García Domínguez

La taxo(nomía) religiosa de los grupos conspirativos en una sociedad a(nómica)

(Parte 3/4)

 

Cómo citar este artículo: GARCÍA DOMÍNGUEZ, MANUEL. (2023). La taxo(nomía) religiosa de los grupos conspirativos en una sociedad a(nómica). (Parte 3/4). Numinis Revista de FilosofíaÉpoca I, Año 2, (CM36). ISSN ed. electrónica: 2952-4105.

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