La infame pregunta
Para divisar la costa, hace falta ser consciente de si se está en el mar o si se está en el barro. No hay mar que sea nombrado sin pensar en su vastedad, en su agonía, o en su belleza.
Llega un
momento en que un estudiante o aficionado de los dilemas del mundo se hace la
más infame de las preguntas: ¿Qué es la filosofía?
No voy a
responder a este interrogante, ni tengo pretensión de hacerlo. Como mucho, y me
parece ser optimista, trataré de hacer un prólogo a una pregunta mejor
formulada. No creo que haya habido un solo filósofo que no se haya preguntado
esto alguna vez. Muchos de ellos dieron una respuesta coherente. Y ya que
parece que no hay consenso, trataré de utilizar estas palabras como notas a pie
de página de esa respuesta que espero que llegue, aunque no puedo sostener que
dicho momento ocurra. Sí, soy optimista.
Creo que la
filosofía es un monstruo, una criatura bicéfala capaz de atrapar toda pesadilla
y locura y convertirla en una novela, cuyo título es una pregunta que nunca
llega a responderse. La pregunta por la filosofía es complicada, mas no
inabarcable, y esto es mucho apresurarse a la costa. Una de las cabezas
corresponde a la existencia en cuanto existencia, y la otra a todo lo que está
fuera de ella y que, sin embargo, la condiciona y la hace ella en
algún sentido.
El monstruo
no tiene nombre. De tenerlo, perdería su calidad de pregunta. Y si se pierde la
pregunta, se pierde la pregunta de las preguntas, aquella a la que estamos
escribiendo esta oda. Imagínese lo siguiente: el monstruo se convierte,
haciendo desaparecer su anterior forma mas no perdiéndose, sino conservándose,
en un gigantesco tronco. Del tronco brotan ramas que culminan en otras ramas, y
así sucesivamente. Se proyecta una sombra en el suelo de donde crece, ahora
bien reconocido, nuestro árbol. Se proyecta una oscuridad de donde los poetas nacerán
a modo de flores para alabar a su eclipse. Todas las ramas se expanden cada vez
más, hasta que el cielo se oscurece, y no hay sol que toque ahora la tierra.
Podría
pensarse que el monstruo, en su calidad de monstruo, logró su cometido: comerse
toda luz. No podríamos estar más equivocados en esta afirmación. Si bien el
cielo está tapado, existen rayos que se cuelan a través de las ramas a
conciencia. Nosotros desde abajo vemos este paisaje, y lloramos por la tristeza
de lo oscuro y por la belleza de la luz que nos llega. Mas lo que no sabemos es
que de este árbol, a cada poema que le dedicamos para que crezca fuerte y
para que nos deje beber de la cascada solar, hacemos que sus ramas se junten y
unan en la copa, generando un cono que apunta a la gran estrella. Como si las
ramas convergieran en un solo punto, pero no lo vemos. Algunos, en los huecos
donde se deja ver la luz, han podido ver esta convergencia, la cual no es la
respuesta que buscamos, pero sí a la que apuntamos.
La pregunta
por la filosofía es paradójica, porque en su planteamiento ya aparece implícita
su figura. Preguntarse por la filosofía es preguntarse por un monstruo, ahora
árbol, que crece y se dirige a una dirección que no podemos atisbar.
Preguntarse por la filosofía es preguntarse por un yo y por
un otro al mismo tiempo. Tal vez debamos a este punto
preguntarnos por la propia pregunta que ya hemos formulado, tal vez de este
modo demos con la respuesta, que parece estar ya en nosotros y fuera de
nosotros, de nuevo, al mismo tiempo y, me atrevería a decir, en el mismo
sentido. Cuán vil paradoja.
La pregunta
por la filosofía podría no ser más que la pregunta por la que empecemos a
ver más allá de las ramas. Aunque no se fíen de mí, uno nunca se puede fiar de
los poetas; siempre están en un estado de embriaguez y, bajo ninguna
circunstancia, son capaces de ver la costa, aunque ya estén en ella. Les basta
con soñar, aunque sean capaces de sentarse en vigilia.
In vino
veritas.
Alejandro
Reyes Rimón
La infame
pregunta
Cómo
citar este artículo: REYES RIMÓN, ALEJANDRO.
(2023). La infame pregunta. Numinis Revista de Filosofía, Época
I, Año 2, (LIT05). ISSN ed. electrónica: 2952 4105. https://www.numinisrevista.com/2023/08/la-infame-pregunta.html
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