Expansionismo Marroquí

 

Expansionismo Marroquí

Un país que no conoce cuál es su lugar en plano global, sus aliados y enemigos, está condenado al aislamiento o incluso a la indefensión ante una amenaza extranjera. Si bien pareciera que España no tiene enemigos, pues pertenece a la Unión Europea y a la OTAN, sí cuenta con una amenaza desde el sur: el reino de Marruecos. Desde su independencia del protectorado español-francés, Marruecos ha actuado en contra de la integridad de España.

Ya en 1957, un solo año después de su independencia, atacó a nuestro país en la no declarada «Guerra de Ifni», la cual se saldó con numerosas bajas. Del mismo modo, cuando se buscaba descolonizar el territorio del Sahara Occidental a través de un referéndum de autodeterminación, Marruecos intervino en 1975 con la llamada «marcha verde», transportando a 300.000 civiles al territorio con unidades militares armadas camufladas entre ellos. Como detalle extra, dicha operación fue diseñada en colaboración con el Departamento de Estado de los Estados Unidos y contó con su apoyo logístico y el de la CIA.

Estos incidentes quedan lejos de ser los únicos; en 2002 las tropas marroquíes tomaron la isla de Perejil, forzando a una respuesta española. Marruecos continuamente reclama la posesión de Ceuta y Melilla, territorios poblados mayoritariamente por españoles que poco o nada tienen que ver con el país. El cambio de postura de Pedro Sánchez sobre la cuestión del Sahara Occidental, pasando de la reclamación del derecho del pueblo saharaui a decidir su destino, a hincar la rodilla y cesar su apoyo a dicho pueblo, ello no ha hecho más que proyectar una imagen de debilidad. Creo que la lista de agravios es lo suficientemente larga para darnos cuenta de que Marruecos no es solo un mal vecino, sino un potencial enemigo.

     Esta política de nación insatisfecha y expansiva no surge de la nada, sino de un concepto surgido al mismo tiempo que la fundación de Marruecos: La idea de un «Gran Marruecos», una nación que domine no solo el Sahara Occidental, sino también la totalidad de la actual Mauritania y extensos terrenos de Mali y Algeria, por supuesto incluyendo Ceuta, Melilla y las Islas Canarias. Todo ello auspiciado en una supuesta continuidad entre las dinastías árabes anteriores con el actual Marruecos. Baste decir que dicha idea es tan absurda como si hoy en día España reclamase el actual sur de Francia porque una vez formó parte del reino visigodo.

Este discurso no solo está sostenido por el sector más nacionalista, sino también por los gobiernos marroquíes. ¿Cómo si no se explica el continuo ataque a la integridad de España? Aún con todo, no podemos desentendernos completamente de nuestro vecino. Está la cuestión migratoria, y es que desde Marruecos embarcan continuamente inmigrantes ilegales, la mayoría subsaharianos. La colaboración con Marruecos, por ejemplo, para impedir la llegada de estos inmigrantes ilegales es, por desgracia, una necesidad.

No quisiera terminar esta columna sin recordar otros dos eventos especialmente recientes; por un lado la llegada de petróleo “marroquí” (país que no produce petróleo) del cual se sospecha un origen ruso, así como la sospecha de que este país haya influido en la compra de votos en Melilla. También han sido varios periodistas los que han emitido la sospecha de que el gobierno está siendo influido por Marruecos porque poseen secretos de estado (recuerden el escándalo del software espía «Pegasus»), aunque de ello no hay información confirmada.

 De nuevo insisto, no podemos mantenernos relajados ante un país vecino que continuamente ataca nuestros intereses y trabaja contra nuestra integridad.

 

Sergio Cánovas

Expansionismo Marroquí

 

Cómo citar este artículo: CÁNOVAS, SERGIO. (2023). Expansionismo Marroquí. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (CD31). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/06/expansionismo-marroqui.html

Esta revista está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional