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Reseña musical: Over-nite Sensation

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Reseña musical: Over-nite Sensation

 




Título: Over-nite Sensation

Autor: Frank Zappa y The Mothers of Invention

Género: Rock progresivo, Jazz fusion, Art rock, Comedy Rock.

Grabación: 19 de Marzo-1 de Junio, 1973.

Publicación: 7 de septiembre de 1973

Duración: 34:37

Sello: DiscReet

Productor: Frank Zappa


1973 es una fecha señalada para los fans de Zappa por ser el año de grabación de dos de sus discos más accesibles de entre toda su inabarcable discografía, y a la vez, dos de sus mejores. El primero, Over-nite Sensation, y el segundo, Apostrophe, fueron grabados en las mismas sesiones y comparten un tono irreverente, dinámico y desopilante que pocos llegan a igualar, y que por aproximarse a géneros como el country o el blues y no esputar tanta sátira cáustica, son ideales para introducirse en la producción artística de uno de los mejores compositores del rock y la música del siglo XX en general.

Después de su etapa en los sesenta, de discos repletos de crítica social, experimentación indómita y humor absurdo, y sus fructíferas incursiones en el Big Band y el jazz/blues grabados en jams, cristaliza un álbum más al uso, si es que le es aplicable tal expresión, con un sonido más estable, rockero y pegadizo, que conjuga melodías sencillas con los siempre interesantísimos exabruptos rítmicos o aludes de notas típicos de Zappa, quien se prodiga en la guitarra con algunos de los mejores solos de su carrera en canciones como «Zomby Woof» o «I'm the slime»De entre las características generales, podemos extraer de las letras sexuales, de crítica social o de humor absurdo, una extravagancia particular del de Baltimore llamada «continuidad conceptual», consistente en ciertas frases, personajes o versiones de canciones de otros álbumes con intención cómica, que destacaremos una a una en las canciones. Antes de pasar a cada tema, es apropiado mencionar los músicos que participaron en todo el disco, y que repetirían en múltiples ocasiones dentro de la banda a lo largo de toda la década, e incluso de la carrera de Zappa: Sal Márquez en la trompeta, Ian Underwood en el clarinete, la flauta, el saxofón alto y tenor, Ruth Underwood a la percusión, la marimba y el vibráfono, Jean-Luc Ponty en el violín y el violín barítono, George Duke en teclados y sintetizadores, Tom Fowler al bajo, Bruce Fowler al trombón, Ralph Humphrey a la batería; sin acreditar Tina Turner y los Ikettes en los coros en los temas 2, 3, 5 y 7, y por supuesto Zappa en la guitarra y la voz principal.

Pasemos a las canciones:

Lado A

1.     Camarillo Brillo (4:01)

El primer tema nos da una cálida bienvenida con una intro reminiscente del country, con una imitación de una serpiente de cascabel que aparecerá y se desvanecerá a lo largo de la canción. Conforme se desenvuelve el cortejo de una especie de bruja gitana o paciente de una institución mental por parte de nuestro protagonista, se van sumando a arreglos de guitarra, arreglos de piano, la sección de viento haciendo melodías pegadizas y la música más animada, reflejando el éxito del cortejo y sus consecuencias escabrosas. Es un tema delicioso que inicia el álbum con buen rollo y que entraña dos referencias: la primera, «Toads of the short forest» en el segundo verso hace alusión a la pieza homónima de un álbum anterior llamado Weasels ripped my flesh, aunque también es un eufemismo para los piojos púbicos. La segunda es «Is that a real poncho? I mean, is that a Mexican poncho or is that a Sears poncho?», que se repite en la canción «Cosmik Debris de Apostrophe» un año después.

2.     I'm the Slime (3:35)

Rompiendo el fade-out de la anterior canción, arriba en primera línea un sólo de guitarra con pedal de Wah caótico, frenético, precipitándose junto a la batería al freno antes de la fanfarria, que parece sacada de un programa de televisión, y que termina por dar paso a la voz de Frank, quien rapea- según dicen algunos que ponen de ejemplo este tema como precursor del rap- acerca de la televisión, su función reguladora y alienante, sus contenidos vacíos, ruidosos, pero seductivos y manipuladores, que alinea a la masa en torno a los intereses particulares de las empresas y el gobierno. Retorna la fanfarria, entra el coro y la baba empieza a borbotear del amplificador de Zappa mientras el silencio se traga las postreras notas de un solo grandioso y breve. En este tema canta también Kin Vassy.

3.     Dirty Love (3:00)

Otra canción sobre sexo, cuya letra no tiene muchos rodeos, pero cuyo juego de voces mola bastante hasta que prorrumpe con un tono apestosamente sucio, grosero, prosaico y callejero un solo de guitarra extremadamente excitado, que retorna a los versos. La canción empieza a aterrizar repitiendo «The poodle bites! The poodle chews it!» hasta deshacerse en un fade-out, pero cuyo final no impide que localicemos donde más hemos escuchado estas frases. Me refiero al tema «Stink foot» de Apostrophe.

4.     Fifty-Fifty (6:08)

Esta pista, junto con la siguiente, se compromete un poco más musical y técnicamente sin menospreciar ese aspecto accesible que hace tan atractivo a este álbum. En este también empieza a despuntar un ápice más el eclecticismo de Zappa, sin duda naciente de la experiencia y un acervo musical inconmensurable, combinando Big Band y los vientos del rock 'n' roll, con la agresiva voz de Ricky Lancelotti cantando sobre por qué nos está cantando, y reconociendo modestamente sus virtudes y fallos, interrumpido únicamente por una sección de improvisación más jazzística, donde intervienen teclados, violín y, en último lugar, guitarra. También se hacen notas ciertos arreglos psicodélicos puntuales. Este es desde luego uno de los temas grandes del disco, pero el más ambicioso es el siguiente.

Lado B

5.     Zomby Woof (5:11)

Quizás la pieza favorita de un servidor en este disco, es la rítmica y melódicamente más compleja de entre las demás. La canción varia de sección a sección con frenetismo, creatividad y seguridad, narrando la transformación en Zombi de una persona, cantada por Zappa y Lancelotti. Contiene además un solo de guitarra embriagado de carisma, adecuación y originalidad inalcanzable, cuyas carencias técnicas la suplen las percusiones, que alteran el ritmo de un momento a otro, o la sección de vientos, que atina sin despeinarse los ascensos y descensos de esos arreglos y melodías que asolan a mis frágiles dedos. El eclecticismo  nos desconcierta y saca fuera de toda posibilidad de encasillamiento. Cabe designar también la mención a un pie más grande que otro en la canción, causada por un incidente que padeció Zappa, dañándose, entre otras cosas, la pierna, y que sanaría de tal forma que una pierna era más larga que otra. «Dancing fool» del Sheik Yerbouti también alude a esta condición.

6.     Dinah-Moe Humm (6:05)

Lo más parecido que podrás encontrar a una película porno en una canción de rock progresivo sin maneras explícitas de referenciarlo. Con ese deje boogiese vierte la adictivo de las partes cantadas con una telaraña funk farragosa que acomoda lo verdaderamente focal del tema: una épica de sexo entre una mujer llamada Dinah-Moe, su hermana y el protagonista. Todo comienza con una apuesta insolente dirigida al protagonista, al que se reta provocar un orgasmo a Dinah-Moe. Este acepta y se pone a la faena, recurriendo a varias técnicas, hasta que consigue su propósito fornicando con la hermana delante de ella. Los juegos de voces en esta canción no tienen desperdicio alguno. Vuelven a cantar Kin Vassy, Zappa y Tina Turner. En cuanto a referencias, «In a par of zircon-encrusted tweezers» se repite en la siguiente canción.

7.     Montana (6:37)

Última canción del álbum acerca de un hombre que decide mudarse a Montana para cultivar hilo dental y vivir la vida de vaquero. En este tema más que en ninguno se aprecia el todo, la composición, la improvisación y las aportaciones de cada instrumentista, que culmina en coros y la voz de Vassy, quien imita genial a los vaqueros. Los vientos y las percusiones, aún constantes y densas en algunos puntos, generan un ambiente recostado, sereno y liviano, que escala en el puente y se mantiene con bajo y batería en el solo, sin disiparse en ningún momento. Entonces llega el turno de Tina Turner y las bizarras melodías rítmicas, la vuelta de los versos, que arreglo a arreglo engarzan sorpresa tras sorpresa, alcanzando el fade-out final mientras el vaquero cabalga hacia el atardecer.

Con todo esto, espero haber despertado tu curiosidad, querido lector, y te animo a que explores este disco y el resto de la discografía de este gran músico, cuya obra se basa, ante todo, en la amalgama de influencias, estilos, géneros y propósitos, que nunca dejará de sorprenderte con detalles que sólo las escuchas asiduas y atentas pueden apreciar.

 

Alan Gallardo Cuevas

Over-nite Sensation

 

Cómo citar este artículo: GALLARDO CUEVAS, ALAN. (2023). Over-nite Sensation. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 2, (RM22). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2023/03/Resena-musical-Over-nite-Sensation.html

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1 comentario:

  1. María Sancho de Pedro10 de abril de 2023, 19:02

    Si ya escribes de maravilla, cuando lo haces sobre algo que tanto te apasiona, brillas el triple. Ya sabemos que Zappa era un pcoo condescendiente, pero quizá si leyera tu reseña te admitiría que alto has entendido de su música. 👏

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