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¿Son las estrellas del deporte los nuevos héroes mitológicos?

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¿Son las estrellas del deporte los nuevos héroes mitológicos?

Al hablar del deporte, lo estamos haciendo de una de las actividades sociales más practicadas y seguidas de la historia de la humanidad con una importancia creciente en la sociedad actual. Podemos encontrar diferentes definiciones en el campo de la filosofía del deporte, pero personalmente defiendo que el deporte es una forma de vida, algo con lo que se consigue mejorar la salud y relacionarse socialmente. Es una forma de adquirir valores como el sacrificio, el trabajo, el espíritu de superación, la búsqueda de soluciones, la aceptación de unas reglas, el respeto, la obediencia, el sentimiento de formar parte de un equipo y el aprendizaje de aceptar la derrota.

El deporte tiene una enorme importancia en el momento actual, no sólo por su relevancia económica o política, sino también por su posible influencia sobre la conciencia social. El deporte explica el modo de ser de los sujetos, ya que en este tipo de prácticas se ponen en juego valores y elementos que configuran la identidad de los individuos.

Cuando hablamos de mitología nos referimos a lo que define García Gual de la siguiente manera:


Mito es un relato tradicional que refiere la actuación memorable y paradigmática de unas figuras extraordinarias -héroes y dioses- en un tiempo prestigioso y esencial. Los mitos ofrecen imágenes que impactan en la memoria colectiva, y que perviven en la tradición, porque sin duda responden a preguntas fundamentales del ser humano y su inquietud ante los misterios de la vida y los retos de la sociedad.


En términos similares se pronunció el investigador británico G.S. Kirk: «Los mitos son una clase especial de historias o cuentos tradicionales que se distinguen por su especial profundidad, su carácter imaginativo y poco común, y por una tendencia a ir más allá de la propia vida».2 Para los antiguos griegos, un mito no era simplemente un relato, también era una fuente de conocimiento sobre el mundo y una fuente de normatividad, tanto para la sociedad como para el individuo. Como ha mostrado el famoso libro Paideia de Werner W. Jaeger, no había códigos legales escritos ni sistemas éticos establecidos en la Grecia antigua, el comportamiento de los sujetos era guiado por el ejemplo que suponían las vidas de los héroes y la sabiduría popular. Ambos se encontraban en los mitos, y eran transmitidos de modo oral de unas generaciones a otras. Consecuentemente, Homero y Hesíodo pueden ser considerados los educadores de las gentes de aquella época, como indicó Emanuele Isidori.

Sin duda existe una estrecha relación entre mitología y deporte. Ambos poseen un origen histórico común en occidente, especialmente en la Grecia clásica, siendo el deporte una vía a través de la cual se realizaba una representación de mitos religiosos como búsqueda de la perfección humana.

En la Grecia clásica, el deporte estaba sujeto por la religión y los mitos. Localizadas al lado de los templos, las instalaciones deportivas se encontraban en el recinto sagrado del Altis; los Juegos se celebraban en la gran fiesta de Zeus. Las actividades deportivas llevaban consigo una tregua sagrada: los atletas debían jurar a Dios que respetarían las reglas. Además, frente al templo de Zeus eran coronados los vencedores que hacían ofrendas a Dios. Los deportistas de la época eran como dioses; reproducidos en estatuas y celebrados por los poetas.

Los Juegos Olímpicos representaban una reproducción, es decir, una imitación de antiguos enfrentamientos de dioses y de héroes. Según las diversas versiones: el de Zeus y Crono, el de Héracles y los Dáctilos del Ida o el de Enómao y Pélope, concretan que gracias a una victoria en la carrera de carros se pudo conquistar a la novia Hipodamia.

Los héroes hacen la guerra convierten la caza en mitos, como lo es, por ejemplo, la caza del jabalí por Odiseo, o la de Calidón por Meleagro, haciendo de igual forma de la cacería una práctica deportiva. Todo va unido. El héroe debe tener fuerza física, exponerse al riesgo frente al enemigo, la fiera o los compañeros y actuar conforme a reglas que descalifican y deshonran al que las incumple.

Se ha explicado la relación entre deporte y mitos en la Grecia clásica, pero debe plantearse si, así como los mitos conservan influencia en la sociedad actual, puede también el deporte formar parte de este mismo proceso, donde entran en juego una especie de batalla, en la que se define un acto de derrota y uno de victoria, donde hay tanto expectantes como espectadores. Con este planteamiento surgen las siguientes cuestiones: ¿Es el deporte un mito actual? ¿Son las estrellas deportivas los nuevos héroes mitológicos?

Siguiendo la teoría de Campbell en su libro El poder del mito, aunque nos sentimos alejados de los dioses y mitos clásicos de Grecia, seguimos empapados de su influencia. Por un lado, la variada tradición mitológica ha ido moldeando nuestra percepción de la realidad. Por otro lado, los mitos siguen actualizándose, influyendo en el inconsciente colectivo. Así pues, cabría reconocer y señalar dos cosas sobre los mitos: 1) reconocer que siguen aportándonos su doble misión de explicación, a nuestras historias y creencias; 2) reconocer la aportación que llega a tener en la influencia sobre el comportamiento humano. Según Campbell: «La mitología es un mapa interior de la experiencia dibujado por gente que lo ha recorrido».3

Si se observa, por ejemplo, un partido de baloncesto, éste comienza con el ritual de la presentación de los jugadores que forman un equipo, el entrenador da sus últimas instrucciones y se produce el salto entre dos. Esta representación podría parecerse a una lucha bélica entre dioses. Además, ver a un grupo de «gigantes detrás de una pelotita» sería ridículo desde un punto de vista lógico, si antes no tuviéramos en nuestro inconsciente colectivo el remanente que nos han dejado los mitos.

El deporte nace de la mitología, e incluso, puede considerarse como el rito que representa a los mitos. Al igual que los mitos se han conservado por siglos en nuestro inconsciente colectivo, ofreciendo a la humanidad una forma de vida y un modelo de comportamiento repleto de buenos valores, haciendo de la sociedad algo mejor. Puede decirse del deporte lo mismo, ya que también en estas actividades lúdicas, podemos encontrar un sinnúmero de valores.

Esto coincide con la idea de Pierre de Coubertin para fundar los Juegos Olímpicos Modernos, basándose en la tradición de la Grecia clásica. El Barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos Modernos, ha tratado de proponer una visión humanística del deporte acorde con la mitología moderna, como religio athletae, en términos del propio de Coubertin según Isidori y Reid en 2011.

«Una fuerte democracia, un sabio y pacífico internacionalismo, penetrarán el nuevo estadio y preservarán dentro de él un culto honorable y desinteresado que permitirá al deporte ayudar en la tarea de educar moralmente y lograr la paz social» dijo Pierre de Coubertin en 1986 y citado por Loland en 2003. De este modo, el Olimpismo se sitúa del lado de aquellos valores y principios que desde la Grecia Clásica han ido dando forma a nuestra civilización occidental. Dado que nuestra historia comienza con ellos, compartimos un conjunto de ideales y principios intelectuales comunes. En palabras de Jaeger: «Grecia aun satisface algunas necesidades de nuestra propia vida».4

Joseph Campbell señalaba la necesidad de una mitología en la vida humana, de la obligación de contar con unas pautas para vivir. En los mitos esto se representa por el ideal del héroe. Un gran ejemplo sería el mito de Hércules.

Hércules es el hijo de Alcmena y Zeus.  Al ser Alcmena una mujer mortal, Hércules nació siendo mitad dios, mitad humano. Hera, la mujer de Zeus, comenzó a sentirse celosa de Alcmena, así como de Hércules, por lo que, como castigo a su marido por su infidelidad, decidió vengarse haciendo la vida de Hércules lo más miserable posible. Para ello, un día tomó control de su mente y le hizo enfurecer, tanto que acabó matando a sus dos hijos y a su mujer Megara. Cuando Hércules se repuso y recuperó el control sobre sí mismo, lamentó tanto lo que había sucedido que viajó a Delfos en busca de expiación y guía. El Oráculo le puso al servicio del rey Euristeo, quien dio a Hércules doce tareas. En cuanto las completara, su alma sería purificada de su horrible pecado. Finalmente, lo consiguió y no sólo purgó sus pecados, sino que también se convirtió en el héroe griego más famoso.

Como se observa, Hércules logró la inmortalidad a través de sus logros, no por nacimiento. David J. Lunt defiende que «el modelo heroico más atractivo para un atleta era Hércules».Hércules reúne todas aquellas virtudes que son esenciales en los deportistas para lograr el éxito: fortaleza, trabajo para y con los otros, además de la perseverancia hasta conseguir la excelencia, según indicaban Morford y Lenardon.

El mito de Hércules nos conduce a esa inmortalidad que anhela el deportista y que se logra a través de la gloria que supone que los otros le recuerden para siempre como vencedor. En otras palabras, que cuenten sus hazañas, hagan estatuas con su figura e inscriban su nombre en lugares dedicados a los vencedores, al igual que se habían narrado historias de caza, guerra y victorias protagonizadas tanto por Hércules, como por otros atletas exitosos.

Todas las sociedades y culturas necesitan estos personajes excepcionales como modelos para contrarrestar la debilidad intrínseca de la condición humana, para aportar un sentido al mundo y una visión ética de la vida, así como para demostrar la capacidad del ser humano de mantener la dignidad y defender valores superiores. Por esta razón, su nombre y ejemplo perduran como un referente en el imaginario de las sociedades.

Se critica que las estrellas deportivas no se pueden considerar héroes mitológicos porque estos actúan en su propio beneficio y el héroe piensa en la sociedad. Sin embargo, considero que los deportistas cada vez más piensan en la sociedad que los encumbra y los hace millonarios. Esto es observable en su participación cada vez más creciente en ONG, en la transmisión de valores y en la representación de su país y de la sociedad donde están inmersos que los hace cada vez más cercanos a los héroes mitológicos. Tenemos numerosos ejemplos de deportistas comprometidos: Rafa Nadal, Colin Kaepernick, Juan Mata y Ricky Rubio.

Como conclusión, podemos afirmar que el deporte es una forma de vida que hace mejor a los individuos y a la sociedad, que lo podemos considerar una forma de rito como representación de mitos que perduran en el inconsciente colectivo de nuestra sociedad desde los tiempos de la Grecia Clásica, asegurando que perdura el poder de los mitos. Da solución al hombre actual sobre los retos de la sociedad, ofreciendo unas pautas sobre cómo vivir, considerando a las estrellas deportivas como héroes a imitar.

 

María de la Almudena Martín Gómez

¿Son las estrellas del deporte los nuevos héroes mitológicos?




1. GARCÍA GUAL, CARLOS. (1997). Diccionario de los mitos. Editorial Planeta, pp. 7-14.

2. KIRK, G.S. (1984). La naturaleza de los mitos griegos. Argos Vergara, p. 21.

3. MOYES, BILL. (1988). Joseph Campbell en diálogo con Bill Moyes. Emecé Editores, p. 19.

4. Cfr. LÓPEZ FRÍAS, FRANCISCO JAVIER. (2015). Mitología griega como herramienta para enseñar la filosofía del olimpismo.

5. Ídem.



Bibliografía

 

-      GARCÍA GUAL, CARLOS. (1997). Diccionario de los mitos. Editorial Planeta.

-      KIRK, G.S. (1984). La naturaleza de los mitos griegos. Argos Vergara.

-      LÓPEZ FRÍAS, FRANCISCO JAVIER. (2015). Mitología griega como herramienta para enseñar la filosofía del olimpismo.

-      MOYES, BILL. (1988). Joseph Campbell en diálogo con Bill Moyes. Emecé Editores.



Cómo citar este artículo: DE LA ALMUDENA MARTÍN GÓMEZ, MARÍA. (2022). ¿Son las estrellas del deporte los nuevos héroes mitológicos?. Numinis Revista de Filosofía, Año 1, 2022, (AON4). http://www.numinisrevista.com/2022/11/deporte-y-heroes-mitologicos.html
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