

Cuando no pasa nada y sucede todo
Lo encargué a través de la página web para recogerlo en la tienda. La tienda es una librería por el barrio de Tetuán. Cuando me acerqué a recogerlo, me dijeron que me pasara a la siguiente semana, que tenían mucho lío y que se les había extraviado. Era viernes. Como soy adicto, tenía que comprar un libro de él como fuera. Necesitaba buena literatura en vena. Escribo a Ángel Luis Prieto de Paula contándole que me han extraviado el libro de Luis T. Bonmatí que había encargado. Ángel me habla de la Eneida traducida en endecasílabos por Bonmatí y con ilustraciones de Federico del Barrio. Lo ha publicado Reino de Cordelia, me dice. Añade que él y Luis han estado también traduciendo en endecasílabos el De rerum natura de Lucrecio, pero que no se publicará hasta el próximo mes de abril. Un trabajo extenuante, porque hacer poesía de un tratado de física y filosofía se las trae…
Salgo rápidamente para otra librería que regenta un matrimonio italiano cerca de la plaza de Tirso de Molina. Cuando llego, pregunto por la Eneida de Bonmatí. Es una edición bilingüe preciosa, en latín de Virgilio y en español de Bonmatí. Tocho. Para leer despaciosamente. Decido llevármela. Al pagar, no puedo dejar de escuchar la conversación que una señora mayor mantenía con el librero. La mujer hablaba del Quijote y decía que a ella le parecía que la última parte de la edición que tenía no la podía haber escrito Miguel de Cervantes, que, por el estilo, no podía ser. Yo me metí en la conversación y le dije que si había alguien que pudiera resolver esa duda ese alguien sería Emilio Pascual. Así que lo llamé y le pasé el teléfono a la señora para que hablara de sus cuitas al respecto de la autenticidad del Quijote con Emilio. Mientras ella conversaba al teléfono, el librero se me acerca y con discreción me informa de que la señora mayor es una de las grandes pintoras de España y que es la viuda del compositor Luis de Pablo. Después de un buen rato al teléfono, me lo pasa y Emilio se despide de mí con un ya me contarás con calma por qué me metes a mí en estos embolados. La señora, agradecida, me da una invitación para una exposición de pintura que pronto va a inaugurar. Me pregunta el nombre y el de la persona con quien acababa de hablar por teléfono. Le digo mi nombre y el de Emilio. Ella los anota a lápiz en un cuaderno. Si quiere leer un muy buen libro, lea El gabinete mágico de Emilio Pascual, le digo. Pago la Eneida de Bonmatí y me marcho.
Dejé pasar el fin de semana. El lunes por la mañana llamé a la librería del barrio de Tetuán para asegurarme de que, efectivamente, tuvieran ya allí el libro que en un principio había encargado. No quería volver a darme el viaje en balde. Lo tenían. Fui. Lo compré: La llanura fantástica. Ya en la calle, lo hojeo y me llevo una sorpresa. Está dedicado:
Para D. Rafael Conte:
con mi admiración
desde la periferia.
Está firmado por el mismísimo Luis T. Bonmatí con fecha 20-IV-97. ¡Qué cosas extrañas tiene la vida! Un libro firmado por Bonmatí termina en mis manos después de veintiocho años. Conjeturo que Bonmatí debió de habérselo regalado al crítico literario Rafael Conte y que este o bien no le prestó la atención debida o bien que al morir en 2009 sus familiares decidieran deshacerse sin más de la biblioteca del finado. Ahora el libro es mío. Si me muero, ya habrá alguien que también se deshaga de él; terminará en algún baratillo o en el contenedor de la basura.
Leo La llanura fantástica con deleite: si todos los puntos geométricos son imaginarios, un pueblo situado en el punto de intersección de dos líneas igualmente ficticias solo puede estar poblado por fantasmas. Ese pueblo es Catral, en la provincia de Alicante. No todo en el libro es verdad, pero tampoco es mentira por completo. Lectura fascinante de feria. Digo «de feria» porque lo leo a ratos libres trabajando en la feria o, lo que es lo mismo, viendo pasar gentes de feria que gastan su dinero absurdamente. Absurdamente también lo gastas tú en libros, me digo.
Pasan los días de feria y de mal tiempo con lecturas a ratos perdidos hasta que llega el día de Ramón. A Ramón le han dado un premio. Un premio importante. Un premio importante por una novela fabulosa: Cuando el mundo se llamaba Cerralbo. En el reverso de la medalla que le otorga la Real Academia Española puede leerse: Al más digno. Quizás a partir de ahora a Ramón haya que llamarle dignísimo don Ramón García Mateos. Hoy no voy a la feria. Hoy me quedo con Ramón. Por la mañana, la entrega del premio; a medio día, conversación, cañas y tapeo; por la tarde, presentación del libro de Ramón en Madrid. Yo lo acompaño. Comienzo la presentación diciendo que para mí es un privilegio sentarme a su lado, que si no hubiera sido porque un día, hace tres años, me encontré en Urueña con Jesús Martínez, el dueño de la librería Alcaraván, jamás habría podido conocerlo: Jesús Martínez en Urueña me llevó a Ignacio Sanz en Segovia; Ignacio me llevó a Ramón en Cambrils y a José Antonio Abella en Segovia; José Antonio me llevó a Jesús Herrán y Ángeles de la Gala, editores de Valnera, en Cantabria… Y luego, y luego llegaron tantos otros…
La novela de Ramón la editó Valnera. Es la novela que a mí me hubiera gustado escribir, pero jamás podré escribirla, porque ya la ha escrito Ramón. Ramón es feliz, porque sabe quién es y sabe de dónde viene. Ramón es poeta. Mañana volveré a la feria.
Michael Thallium
Cuando no pasa nada y sucede todo
Cómo citar este artículo: THALLIUM, MICHAEL. (2025). Cuando no pasa nada y sucede todo. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 3, (CV143). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2025/12/cuando-no-pasa-nada-y-sucede-todo.html




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