

Hace algunas semanas nos dejó el escritor peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura 2010, falleció a los 89 años en la ciudad de Lima. Lo suyo fue la escritura desde muy joven, dado que desde que estaba en el colegio militar Leoncio Prado, escribía cartas para sus amigos, quienes le encargaban la noble tarea de escribidor, desde ya poseía un talento excepcional. Pero su pasión por la literatura empezaría años antes, cuando conoció a su padre, quien en realidad no estaba muerto como el pequeño Mario había creído, aunque podría suponer que, mejor lo hubiera estado. Porque, cuando llegó a su vida, todo cambió por completo, pues se mudaron de la casa de los Llosa. El mundo que había conocido desde pequeño se empezaba a derrumbar, fue entonces que su único refugio fueron los libros, más aún los clásicos de la literatura europea.
A través de los libros, Mario viajaba sin salir de
casa, imaginaba como jamás lo hubiera creído. Fue entonces que, ya empezaba a
vislumbrarse en él los dotes de literato, pero como su padre consideraba que de
literatura no se podría comer, entonces contra toda voluntad decidió internarlo
en el colegio militar Leoncio Prado, para que lo pudieran formar, pero lo que
no había imaginado su padre, era que aquella experiencia le serviría de insumo
para crear una de sus novelas más queridas, como lo es La ciudad y los
perros, novela que no solo retrató las vivencias del naciente escritor,
sino que revelaba la idiosincrasia de la sociedad limeña de ese entonces. Cabe
resaltar que, muchas veces la experiencia que los escritores tienen en su niñez
y/o juventud, son la fuente primigenia para sus relatos, novelas y la poesía en
el caso de los poetas.
No solo fue un prolífico escritor de novelas, sino
también incursionó en el teatro y la literatura infantil, como El barco de los
niños. Mario Vargas Llosa ha demostrado que desde lo imposible se puede llegar
alto, pero también hay que considerar el poder de lectura y como este hábito
puede desembocar en grandes reconocimientos, pero más allá de todo acto de
fama, la lectura es una forma de escape, pero también una fuente inagotable de
imaginación, pero nos permite vivir otras vidas sin salir de la nuestra. Por
eso, quien mucho lee tarde o temprano termina escribiendo y Mario Vargas Llosa,
como el escribir que fue, siempre nos irá sorprendiendo con su pluma, incluso
cuando ya no está con nosotros.
Vladimir Sosa
Sánchez
Vargas Llosa, el escribidor
Como citar este artículo: SOSA SANCHEZ, VLADIMIR. (2025). Vargas Llosa, el escribidor. Numinis Revista de Filosofía, Época I, Año 3, (CD01). ISSN ed. electrónica: 2952-4105. https://www.numinisrevista.com/2025/9/vargas-llosa-el-escribidor.html




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